Ser comunitaria, eucarística y marianamente, por la formación y la acción,
testigos incondicionales del Amor
Devoción a María
Devoción a Nuestra Señora de Caná:
“Cada época de la Iglesia es como un nuevo Pentecostés. La nuestra es según la Evangeli Nuntiandi (75) “un momento privilegiado del Espíritu Santo”. Ante una nueva etapa de evangelización disponemos también de nuevas gracias de Dios, de nuevos signos de la acción del Espíritu Santo, que hay que saber discernir y al que debemos ser fieles.” (Pbro. Héctor Pedro García 1988)
“Hoy el MEC aparece como signo de una renovada realidad espiritual y apostólica que tiene como punto de referencia la fidelidad al Cristo que lo puede todo de las Bodas de Caná y la fidelidad al joven y a sus necesidades y al matrimonio y a su familia y a sus necesidades, fidelidad a la que María de Caná fue ejemplar incomparable y sigue siendo promotora solicita.” (Pbro. Héctor Pedro García 1988)
El Movimiento Evangelio de Caná como toda realidad eclesial posee ideal, carismas, apostolado, mística y metodología propia.
Nuestros carismas consisten en la vivencia mariana, eucarística, evangélica y comunitaria al modo del Evangelio de las Bodas de Caná, testimoniando la gracia de la efusión del amor de Dios (Rm 5,5), que es el "vino mejor" para una Sociedad marcada por el egoísmo y el individualismo.
Nuestro apostolado fundamental consiste en formar familias que trabajan por la juventud y juventud que se prepara para ser familia.
Forma parte de la misión del MEC difundir el culto a la Bienaventurada Virgen María de Caná, propagar su devoción a través de las diversas formas de piedad popular mariana y de la entronización de la imagen de Nuestra Señora de Caná en los hogares.
Pero aquí va una observación muy importante: Según nuestra investigación, la devoción a Nuestra Señora de las Bodas de Caná nace en Rosario, en el MEC. El Padre Héctor García hizo confeccionar la primera imagen de bronce en 1982, pero en 1984, el Espíritu Santo suscita en su corazón la necesidad de que esta imagen de la Virgen de Caná presentando las tinajas fuese distribuida y entrase en las familias. Por eso el 17/08/1984, las primeras imágenes fueron bendecidas por Monseñor López y salieron en misión. María de Caná fue a participar de la fiesta de las familias. Desde ese año está presente en nuestras comunidades, en nuestras familias y es entregada a los novios en la ceremonia nupcial. El año pasado 200 imágenes salieron a peregrinar por la ciudad y otros lugares.
El por qué de la devoción a María de Caná:
- Se trata de una devoción bíblica. Por lo tanto el título de María de Caná o de Nuestra Señora de las Bodas de Caná, trae la fuerza de la Palabra de Dios. Sabemos por San Pablo que la Palabra de Dios tiene el poder de entrar profundamente en nosotros, en nuestro interior y traer salvación, vida y vida en abundancia. Es un pozo sin fin, donde siempre que arrojamos nuestro balde, encontramos agua. Siempre que vamos hasta la fuente del Evangelio de las bodas de Caná encontramos a María de Caná, esto es en el versículo uno: María de Caná, la madre de Jesús. Es un episodio tan importante para el misterio de la salvación que San Juan Pablo II lo eleva a la categoría de misterio luminoso del Santo Rosario en 2002. Sabemos que cada título de María guarda un misterio, una fuerza, un poder. Por tanto, el poder de la invocación a la Virgen de Caná es el poder de la Palabra de Dios, que es el Verbo Encarnado. El poder de María de Caná es justamente por ser la madre de Jesús que manifiesta su gloria en Caná. Dios no hace distinción entre sus hijos, por lo tanto, aquella y aquel que ayudaron al matrimonio de Caná, aquella familia naciente, no dejará de ayudar a los matrimonios y las familias de todos los tiempos. Esta es precisamente la fuerza de esta devoción, es la fuerza de la Biblia, pues los cielos y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán.
- Es una devoción Cristocéntrica recomendada por San Juan Pablo II. Cristocéntrica porque la frase “HAGAN LO QUE EL LES DIGA” es el centro del Evangelio de Caná. Este Evangelio, que es considerado como un compendio del mensaje da Juan Evangelista. Por lo tanto, Hagan lo que Él les diga es el punto central de ese mensaje. San Juan Pablo II en su carta apostólica Dilecti Amici en 1985 por ocasión del Año Internacional de la Juventud (hablando a los jóvenes), dice lo siguiente: ” Y rezando así en la gran comunidad de los jóvenes de toda la Iglesia y de todas las Iglesias tenemos ante nosotros a María,que acompaña a Cristo en el comienzo de su misión entre los hombres. Es María, la de Caná de Galilea, que intercede por los jóvenes, por los recién casados, cuando en el banquete de bodas falta el vino para los invitados. Entonces la Madre de Cristo dirige a los hombres, presentes allí para servir durante el banquete, estas palabras: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2, 5). Él, Cristo. Yo repito estas palabras de la Madre de Dios y las dirijo a vosotros, jóvenes, a cada uno y a cada una: «Haced lo que Cristo os diga»
- Es un tesoro porque se trata de una devoción mundial inspirada y sustentada por el Espíritu de Dios. Es un hecho constatado que, en diversas partes del mundo, el Espíritu Santo suscitó, post Concilio Vaticano II, un interés creciente por Caná, por la espiritualidad de Caná. Es como si Caná tuviese algo muy importante para decir en nuestros días. Podemos citar la parroquia santa María de Cana en Pozuelo de Alarcón (Madrid), el Convento Notre Dame de Caná en Troussores en Francia, Portugal, Perú, Brasil, tanto en Belo Horizonte con la Asociación Familia de Caná, como en Campos do Jordán y en Rio de Janeiro
- Se trata de una devoción que combate a la Teología de la Prosperidad. María de Caná nos enseña la pedagogía del esfuerzo personal. Cargar las tinajas exige de nosotros un compromiso con la vida, con las personas, con la Iglesia, con Cristo que nos ordena muchas veces que hagamos cosas aparentemente sin sentido, pero son actitudes redentoras, portadoras de un potencial milagro.
Sí, es un verdadero milagro que estemos aquí reunidos en familia, jóvenes y familias juntas. Algunas veces ni percibimos cuanto esta espiritualidad nos transformó. Pues el primer milagro es nuestra transformación interior. Son nuestras aguas que precisan ser transformadas. María de Caná nos enseña a obedecer. Ella es nuestra madre y maestra. Por eso que en la Oración a Nuestra Señora de Caná pedimos cinco veces: enséñanos, enséñanos, enséñanos, enséñanos, enséñanos.
- La devoción a María de Caná nos revela o secreto de la mediación materna de María. En las bodas de Caná, ante la falta de vino, María, la madre del Hijo de Dios, Jesús, no le pide nada. Tenía el derecho de pedir, pues el propio Jesús dice: pide y recibiréis, pero ella no pide, simplemente, “cuenta” a Jesús lo que está aconteciendo, “presenta” nuestras necesidades. María en Caná, no utiliza de su derecho materno de pedir a su hijo, por el contrario, parece contentarse en presentar la situación de transmitir a los sirvientes su consejo de seguir todas las orientaciones que Él dice. Esa postura de María revela un gesto de profunda sumisión de amor a su Hijo, por lo cual entregando a él los méritos de su maternidad, se coloca en la posición de sierva, de esclava (ancila domini) ella se torna dependiente del querer de su hijo. Así como Jesús vivió su “kenosis” y sumisión al Padre, que le otorgó el poder y la gloria. Así su madre vivió en una actitud de profunda sumisión y reverencia a la voluntad divina de su hijo, siendo también recompensada con la gloria del Cielo. Santo Tomás de Aquino decía que la gracia es el inicio de la gloria. El Evangelio de Caná se inicia con la presencia de María de Caná (y esto es una gracia) y termina “…manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él”.
La gracia de la devoción a María de Caná nos conduce para la manifestación, por eso es epifanía, de la gloria de Dios.
Se trata de una devoción litúrgica. En el año de 1987, La Santa Sede publicó el Leccionario y el Misal con las lecturas y las oraciones de las “Misas de María”. Uno de esos títulos es justamente el de la Bienaventurada Virgen María de Caná, cuya celebración está prevista para el día 06 de enero. El 6 de Enero es el día de Nuestra Señora de las Bodas de Caná. Las Bodas de Caná, juntamente con o el Bautismo de Jesús componen el misterio de la Epifanía.
Desde el año 2016 rezamos de manera particular el Rosario de Caná creado por un integrante del MEC, Vinicius Paiva, teólogo y mariólogo, con la aprobación del obispo auxiliar de Río de Janeiro, Dom Roberto Lopez, Vicario Episcopal de la Vida Consagrada de la Arquidiócesis de Río de Janeiro/Brasil (Ver estatutos de la comunidad misionera Siervos de María de Caná), y la anuencia del Cardenal Dom Orani Tempesta.
Esta meditación del Evangelio de Caná, segundo Misterio Luminoso, a través del Rosario de Caná (Apéndice), es la meditación compartida del Evangelio de Caná en cinco (5) momentos de reflexión y oración. Actualmente es rezado diariamente en portugués y español mediante grupos de wathsapp. por la fraternidad internacional de Caná.
"Se debe dar catequesis apropiada que acompañe la fe ya presente en la religiosidad popular. La forma concreta puede ser la oferta de un proceso de iniciación cristiana con visitas a las familias, donde no sólo se comuniquen a ellas los contenidos de la fe, sino que también las conduzca a la práctica de la oración familiar, a la lectura orante de la Palabra de Dios y al desarrollo De las virtudes evangélicas, que las consoliden cada vez más como Iglesias domésticas. Para ese crecimiento en la fe, también es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial educativo presente en la piedad popular mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la Virgen, verdadera "educadora en la fe" que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, provoque la apropiación progresiva de sus actitudes "(DA nº 300).
Rosario de Caná Es una forma especial de rezar el Rosario a María de Caná y consiste en meditar el Evangelio de Caná a través de 5 (cinco) momentos de reflexión en reemplazo de los 5 misterios del Rosario tradicional. En cada momento se reza 1 (un) Padre Nuestro, 6 (seis) Ave María (simbolizando las 6 tinajas de agua que Jesús convirtió en vino) y 1 (uno) Gloria al Padre para cada momento. En las Avemarías, que simbolizan las seis tinajas, añadimos al nombre de Jesús el atributo "Misericordioso". Y las jaculatorias al finla de cada momento son: "Nuestra Señora de Caná, ruega por nosotros, que siempre necesitamos de vos" o "Nuestra Señora de Caná, cambia nuestra agua en vino”; y "Jesús misericordioso, en vos confío".
El texto que leemos diariamente para meditar en cinco momentos es un texto basado en el Evangelio y en la espiritualidad de Caná; la fuente es el Evangelio de Caná.
El Rosario se termina rezando la siguiente oración a Nuestra Señora de Caná:
Nuestra Señora de Caná,
Madre de la Divina Misericordia,
Enséñanos a hablar del Amor de Dios,
Enséñanos a confiar siempre en el Señor,
Enséñanos a hacer todo lo que Jesús nos dice,
Enséñanos a orar para que
Jesús transforme nuestras vidas
Enséñanos a hablar de la vida nueva,
de la alegría de la gracia, que Dios nos da a cada instante
Nuestra Señora de Caná,
Ruega por nosotros que siempre necesitamos de Vos.
1º Momento: La presencia de María y Jesús en la fiesta (Jn 2,1-2) Acogemos la presencia de Jesús y María meditando en la gratuidad del Amor de Dios que viene a nosotros a través de Jesucristo. Él nos visita junto a su madre y nos anuncia su plan de salvación y rescate para todas las familias. Alabamos y agradecemos a Dios por la oportunidad de estar reunidos en su nombre.
En ese primer momento nosotros vivimos la presencia de María, la presencia de Jesús en la fiesta. Es la presencia del encuentro, un encuentro que el Papa Francisco tanto nos pide: “María, ven a nuestro encuentro”; “Jesús ven a nuestro encuentro”. En ese momento, en este Rosario de Caná precisamos vivir ese encuentro espiritual con Jesús y María. El Evangelio no es una palabra muerta. El Evangelio es una palabra viva. En cada Rosario de Caná, en cada meditación del Evangelio de Caná, nosotros podemos y debemos realizar un encuentro espiritual con María y Jesús. Y cuando rezamos dejamos entrar a Jesús y María en nuestras vidas y eso no es una reflexión vacía. Invocamos la presencia espiritual de Jesús y de María. La presencia de Jesús porque Él mismo, porque es Dios y donde dos o más estén reunidos en su nombre allí Él está presente; y la presencia de María se da por la acción del Espíritu Santo, ella que es la esposa del Espíritu Santo y el Espíritu Santo es que trae para nosotros la orden de la gracia, la orden de la gracia sobrenatural de la presencia de la Virgen Inmaculada, la presencia de nuestra Madre Santísima. Invocamos en esas tinajas, en esas seis avemarías que rezamos, que recibamos la presencia de la Inmaculada Virgen de Caná acontezca y que la presencia de María sea para nosotros una señal de gran esperanza.
2º Momento: La falta del vino (Jn 2,3-4) Compartimos las diversas necesidades y pruebas que la familia pasa en los días de hoy. La falta del vino puede significar la falta del amor, del perdón, del diálogo, dificultades materiales, enfermedades y todo lo que pueda acarrear el final de la fiesta. Estamos alentados a entregar nuestras vidas en las manos de Jesús Misericordioso ya confiar en Él. 3º Momento: La intervención de María: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2,5)
Aquí tenemos un gran secreto de la espiritualidad de Caná, siguiendo el ejemplo de Nuestra Señora de Caná, la Virgen María en Caná, no pedimos, presentamos nuestras necesidades, presentamos aquello que está aconteciendo con nosotros y con aquellas personas que amamos.
Dios es el amor infinito, Él nos ama. La espiritualidad de Caná es aquella que brota del corazón confiado de María, que brota del Inmaculado Corazón de María, sabe que no es la hora de su Hijo, tal vez no es ahora, tal vez no es la oportunidad; pero al presentar con confianza apela a su Misericordia.
En este momento presentamos a Jesús nuestras necesidades, pero a la manera de María de Caná. Con la confianza de María de Caná. Con la humildad de María de Caná. Con la sumisión de María de Caná. Con el Corazón Inmaculado de María de Caná.
3º Momento: La intervención de María: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2,5)Invocamos a María Santísima bajo el título de Nuestra Señora de Caná, ella es nuestra madre e intercesora, que todo observa y que verdaderamente cuida de nosotros. Estamos invitados a seguir de manera concreta su consejo de hacer todo lo que Jesús nos diga, escuchando su voz y retomando el camino de la conversión personal y familiar.
La espiritualidad del Evangelio de Caná, un Evangelio para la familia.
Dentro de la familia nosotros vivimos una dinámica de conversión familiar. Es una dinámica familiar. Exige una conversión personal y exige una conversión familiar. Y para que haya conversión familiar es necesaria una profunda conversión personal. Porque es aprendiendo a oír lo que Jesús nos dice, es aprendiendo a oír la voz de Dios, en cada momento del día, en cada oportunidad, es que vamos a ser canales para la conversión de nuestras familias. Por eso que María de Caná es la patrona de los esposos, de las esposas. Ella es la protectora de las familias. Porque Ella cuida de las familias. En este momento presentamos a María de Caná a nuestras familias, para que nuestras familias sean alcanzadas de la gracia de Caná. Para que seamos canales de esa espiritualidad para nuestras familias. Que podamos hacer de nuestras casas Caná de Galilea. Que podamos hacer de nuestras comunidades, de nuestras parroquias, de nuestro servicio, una experiencia de Caná, la experiencia de la escucha, la experiencia de la obediencia y la experiencia de la conversión; porque para escuchar a Dios y para obedecer la voz de Dios es necesario un proceso de conversión.
Que María como madre y maestra nos enseñe a oír la voz del Señor.
4º Momento: El milagro de la transformación del agua en vino (Jn 2,6-8) Meditamos sobre la pedagogía divina de ese milagro, por la cual Jesús pide a los sirvientes que llenan las tinajas de agua. El llenar las tinajas es la condición al milagro: ofrecer nuestras aguas, nuestro esfuerzo personal es la materia prima para que Jesús misericordioso transforme nuestras vidas y las realidades por las que intercedemos.
Forma parte de la espiritualidad de Caná el esfuerzo, la pedagogía del esfuerzo. Es necesario caminar hasta el pozo, es necesario que hagamos varios viajes, ir y venir, ir y volcar, cargar, llenar. Es necesario el esfuerzo cotidiano; es necesaria la paciencia de soportar el cansancio, el calor, la duda, ante las necesidades, ante las faltas, ante del peligro del fin de la fiesta.
El agua que ha transformado en vino soy yo que soy transformado por la Palabra del Hijo de María.
Existe un misterio envolviendo el milagro de la transformación. Es que nosotros no sabemos en qué momento la transformación acontece. Es por ese motivo que tenemos que vivir la espiritualidad de Caná con gran temor, sabiendo que en cualquier momento puede ser el momento de la transformación. Y es por eso que un ciervo vigilante es aquél que no demora, que no se cansa, que no descansa, pero es aquél que se apoya en el otro para caminar juntos, juntos como comunidad, fortalecidos por la Eucaristía, fortalecidos por la esperanza, continuamos caminando. Es un Evangelio de la esperanza, es un Evangelio de la transformación. El milagro de Caná acontece en las familias.
5º Momento: El vino mejor y la continuación de la fiesta (Jn 2, 9-11) El Señor nos ofrece un vino mejor, una nueva experiencia de convivencia familiar. El vino es alusión en la Biblia -entre otras significaciones- de la alegría y de la presencia del Espíritu Santo. Este vino es la gracia que Dios nos da para sacar un bien mayor de los males que enfrentamos. La familia es la fiesta que no puede acabar, por eso pedimos a Dios la gracia de la efusión de su amor.
Forma parte de la espiritualidad de Caná la gracia del Amor de Dios. Y cuando pedimos la efusión del Amor de Dios estamos pidiendo algo muy propio de esta nuestra espiritualidad de Caná.
El vino mejor de Caná es el Amor de Dios, es un amor probado, es un amor experimentado, es un amor que desborda nuestros corazones. No es una meditación bonita, es una gracia sobrenatural que Dios concede a aquellos que viven con profundidad el Evangelio de las Bodas de Caná. El vino mejor es el Amor de Dios, ese Amor de Dios que al ser experimentado, es un Amor que sacia nuestra alma; porque todo el resto, todo el resto no es capaz de saciar nuestros corazones. Como decía Santa Lucía: “Somos creados para ti Señor”
En este momento al llenar las tinajas pedimos esa gracia de la efusión del Amor de Dios.
Como decía nuestro querido Padre García “se ora en la medida que se ama” La oración es una expresión de amor. Nuestro Padre García ya proclamaba esa efusión del Amor de Dios.
Que amemos más, que el Señor nos enseñe a amar más. Que ese amor transforme las almas en la oración.
Como fruto del Primer Encuentro Internacional de Caná (EIC) realizado en Río de Janeiro, Brasil del 6 al 8 de enero del 2017, se constituyó la Fraternidad Internacional de Caná conformada por las siguientes comunidades: Comunidad Familia de Caná (Bello Horizonte, Brasil), Comunidad Bodas de Caná (Campos de Jordán, Brasil), Comunidad Siervos de María de Caná (Río de Janeiro, Brasil), Comunidad Católica Bodas de Caná (Perú) y Movimiento Evangelio de Caná (Rosario, Argentina), a las que se le agregaron la Comunidad Siervos de Caná de Sacuarema, y recientemente la congregación de religiosas Discípulas de Bodas de Caná (San Pablo, Brasil) expresó su deseo de sumarse a la Fraternidad.
Entronización de Ntra. Sra. de las Bodas de Caná
El domingo 6 de enero, en nuestra Sede del MEC, nuestro vice asesor, el Padre Juan Pablo Masramón, entronizó la imagen de Nuestra Señora de las Bodas de Caná inaugurando una nueva escultura con vista a la calle para que los vecinos de nuestra casa puedan tenerla más cerca en su cotidiano vivir.
"La entronización de la Virgen María de Caná" nos decía el Padre Juan Pablo durante la homilía de la Santa Misa "fue encender una estrella... Cuantas personas a través de esta estrella que hoy brilla en la Sede del MEC va a poder llegar a Jesús. Y de alguna forma la vida cristiana consiste precisamente en eso, en que cada uno de nosotros podamos ser una estrella de luz, que podamos indicar el camino para ir a Jesús".
Ojalá que podamos "descubrir que Dios quiere valerse de nuestra pequeñez, de nuestra pobreza, de nuestra debilidad, para iluminar la vida de los que están cerca".
La homilía completa pueden disfrutarla descargándola en el siguiente link...
Los que podamos vayamos todos a honrar a nuestra Madre que ahora también nos espera en las puertas de nuestra Sede.
Gaudete et exsultate
«Alégrense y regocíjense» (Mt 5,12), la nueva Exhortación Apostólica "Gaudete ex exsultate" del Santo Padre Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo actual.