Historia
Todo nació en 1969 cuando le pidieron al Pbro. Héctor Pedro García ("EL CURA") asesorar un grupo (él se encontraba en ese entonces en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe).
Desde ese momento se quiso formar una coordinadora de grupos juveniles parroquiales... fue una lucha estéril de dos años.
En 1971 se redactó un documento base sobre Secretariado Arquidiocesano de los Grupos Juveniles de la Arquidiócesis de Rosario. El 4 de agosto de 1971, durante una Asamblea del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) en el colegio Virgen del Rosario, aparece (aunque no era la intención original) enmarcado dentro de los grupos juveniles del MFC.
En 1973 existían diez grupos (algunos de los cuales, Ceni, Vida y Quo Vadis, aún siguen existiendo) que trabajaron en la elaboración del primer Estatuto del Movimiento.
En 1974, el arzobispo de Rosario, Monseñor Guillermo Bolatti, aprueba el primer Estatuto y nos convierte en un Movimiento de Grupos juveniles, pero aún perteneciendo al Movimiento Familiar Cristiano. Ese año se desarrolla la primer Asamblea como Movimiento Arquidiocesano reconocido.
En 1977 tiene lugar la segunda Asamblea bajo el lema: "Ver, vivir, para transmitir" coincidentemente con un Encuentro Nacional de dirigentes del MFC en Rosario. Por ese entonces muchas diócesis quisieron copiar el esquema de lo que ya era conocido en Rosario como “EL MOVIMIENTO”.
A partir de ese año se desencadenan una serie de circunstancias. La Comisión Nacional del MFC, mediante una circular a todas las diócesis, dejaba de reconocernos como Movimiento y pretendía que volviéramos al esquema de 1971 como Secretariado de Grupos Juveniles del MFC. Esto llevó a la necesidad de construir lo que para esa época era un verdadero Movimiento Familiar y no sólo un Movimiento de Grupos Juveniles.
Desde entonces, se trabajó en la creación de un Movimiento independiente. Éste dio a luz durante la celebración del Encuentro de 1979, y con la aprobación del Arzobispo de Rosario Monseñor Guillermo Bolatti, el 27 de Noviembre se crea el Movimiento Arquidiocesano Evangelio de Caná (MEC). Providencialmente esas siglas terminan definiendo nuestros carismas, a partir de la homilía de ese sábado, que nos caracterizaba como Marianos, Eucarísticos y Comunitarios.
Hasta ese día contábamos con un montón de realizaciones apostólicas en nuestro haber: organizamos la Pastoral Juvenil, los primeros grupos de Pastoral Universitaria, la Misa de Universitarios, las primeras peregrinaciones a San Lorenzo, procesiones de antorchas, jornadas navideñas en los barrios y en el Anfiteatro, mientras el Jueves Santo se hacía una marcha de la familia desde el Arzobispado a la Catedral y con el mismo recorrido un Via Crucis el Viernes Santo; y ésto gracias a que por entonces habían pasado por el Movimiento centenares de jóvenes.
Sólo el haberle hecho bien a alguno de ellos valía la pena.
Sólo el hacerle bien a algunos jóvenes que estaban aquí valió la pena.
En 1980 tuvimos la III Asamblea (la primera como MEC) bajo el lema "Como en Caná de Galilea Ser signo en la Asamblea". Y fue una realidad gracias al trabajo y a la generosidad de muchos que hoy siguen aquí.
Luego siguieron: la primera sede del MEC, los pensionados universitarios, los grupos del área Sra. de Caná, los grupos Belén, Semanas de la Juventud, Betania, Emaús, Retiros de Perseverancia y cuántas cosas más...
En 1983 la IV Asamblea con el lema "Servir para compartir", en 1986 la V Asamblea "Crecer en testimonio de Comunidad", en 1989 la VI Asamblea "En el MEC y en comunión vivamos nuestra misión".
Siempre fuimos un Movimiento, si por Movimiento se entiende un dinamismo de superación constante abierto al futuro, en espíritu de peregrinación, siempre en la búsqueda de lo que hay que ir mejorando.
Pero la verdadera historia está hecha de cientos de chicas, muchachos y matrimonios que integraron, integran e integrarán el Movimiento y han crecido, crecen y crecerán en él.